Muestra con todo detalle el paso del constructivismo soviético al realismo socialista durante el período citado. Todo ello con una profusión de lienzos, fotografías, películas, maquetas.
Una cosa es clara, en la URSS hubo unos creadores extraordinarios. Olvidémonos de ese lugar común que dice que en el país de los soviets solo se realizaba un arte menor, mera propaganda. Esta exposición lo niega taxativamente. Por poner un ejemplo: el constructivismo soviético tuvo tanto influencia como lo pudo tener la escuela Bauhaus que se desarrolló en aquellos mismos años.
Cierto es que avanzando por sus salas me invadió una sensación de melancolía, tristeza sabiendo del horror que sufrirían muchos de los artistas aquí expuestos.
ilustración: Óscar Cañero
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